Cuenta una historia que la lluvia siempre se hace acompañar por una niña muy especial. Cada vez que llueve, la niña se esconde tras los nubarrones, y juega con el agua. Pero cuando escampa y terminan de caer las últimas gotitas, la niña trae algo que los nubarrones se llevaron; los colores. La niña dibuja en el cielo trocitos de colores, que nos traen de vuelta a la luz, y a la vida y que la hacen sentir especial; pues desde el cielo puede ver como algunas personas observan esos colores maravilladas.
Una noche hace no mucho, la niña de los colores estaba triste y cabizbaja.
- ¿Qué te pasa niña de los colores? Pareces triste- le preguntó una estrella amiga suya.
- Así es. Yo soy una niña, y me gusta mucho jugar; y llevo los colores allá donde la lluvia lleva los nubarrones, para decirles a los niños que ya pasó el temporal, y que pueden salir a jugar a los parques.
- Sí claro y eso te hace muy especial.
- Ya...pero... me he dado cuenta, que hay muchos niños que están tristes, no juegan, no tienen juguetes, y por muchos colores que pongo en el cielo tras las nubes... nunca logro conseguir sus sonrisas. Me gustaría bajar y llenarles de colores, y hacerles felices aunque sea por un ratito...
- Y ¿Por qué no lo haces? Corre, pinta un camino de colores, y baja a jugar con ellos...
Y así hace la niña; cada vez que llueve y escampa, traza un camino con forma de arco, y viene a la tierra a jugar un ratito con los niños que están tristes y llena de esperanza sus vidas y por un momento también de colores.