añoranzas

La lluvia apenas fue distracción para él, que siguió concentrado frente al ordenador. Parecía que nunca iba a terminar aquel E-mail, al que tanta importancia le dió... Llevaba más de un año, buscando la manera de decir tantas cosas, de expresar todo lo que no había podido debido a la distancia, al tiempo, a la situación... hacía demasiado que no hablaban, que no sabían del otro... y necesitaba contar tantas cosas, que había decidido escribir con mucho cuidado aquel e-mail. Decidió dedicarle tiempo, todo el que no había tenido para esa persona que estaba lejos y a quien añoraba.

Dejó su país cuando apenas era un niño, pero siendo lo suficientemente mayor para recordar ciertos momentos, ciertas personas. La imagen más nítida que tenía era la de su abuelo tocando aquel piano negro, que tanto le gustaba. Por un momento, cerró los ojos, y la música sonó en su cabeza... Echaba de menos a su abuelo, de quien sin duda había heredado el talento y el estilo al piano.

Intentó concentrarse de nuevo en aquel escrito, pero al son de un tango, le vino otra imagen a la cabeza; recordó a su abuela, y casi aspiró aquel aroma a rosas que la caracterizaba.

Hizo un nuevo intento de concentrarse, pero no logró nada… Después de tanto tiempo no sabía como terminar aquel e-mail. Le dio miedo no saber escribir un final, sentía que no había dicho todo lo que quería y que quizás debería dedicarle algo más de tiempo... pero se le vino una idea a la cabeza, y sin dudarlo se dirigió hacía su piano...

Decidió hacer música, con todo lo que no pudo expresar con palabras...